Las respuestas naturales del cuerpo ante el peligro son de luchar o huir, ya que son un mecanismo desarrollado evolutivamente para cuando nos enfrentamos a situaciones que son potencialmente dañinas. El sistema nervioso simpático responde a las amenazas de la supervivencia con la liberación de hormonas como el cortisol, que aumentan el ritmo cardíaco y la circulación.
Esto ayuda a desviar la sangre de funciones corporales innecesarias (como la digestión), y en su lugar la encarrila hacia los músculos, que la utilizarán como combustible para alcanzar una mayor velocidad y flexibilidad. La osteopatía puede ser una gran solución para ayudar al cuerpo a la redistribución del corriente sanguíneo.
¿Qué ocurre en el cuerpo cuando se padece ansiedad?
Los episodios agudos de ansiedad pueden ser de corta duración y, normalmente, son el resultado de una situación estresante. Si no se tratan con antelación, pueden persistir durante meses o incluso años, sin ser motivo de ninguna «amenaza» real. La gran mayoría de investigadores creen que esto ocurre como resultado de la plasticidad del cerebro y su incapacidad para responder de manera eficiente.
El cerebro bloquea la multiplicidad de respuestas ante eventos potencialmente no deseados, relegando, la mayoría de veces, al cuerpo sometido a episodios continuos de ansiedad, a emitir la misma respuesta, ya que se sirve la memoria bloqueada. La ansiedad de manera persistente y sin tratarla, puede conducir al aislamiento social y a problemas de salud físicos importantes.
La química, ¿beneficia o perjudica?
El bienestar psicológico y físico están profundamente conectados. Para tratar la ansiedad persistente, muchas personas recurren a productos químicos como Valium; pero lo que la mayoría no sabe es que ejercen un efecto calmante en el cerebro actuando de la misma manera que drogas altamente adictivas como la heroína. Además de los efectos secundarios habituales que puede desencadenar la ingesta de estos medicamentos (mareos, dificultad para pensar y/o pérdida de memoria), el problema se incrementa cuando se trata de dejar de depender de estos medicamentos. A menudo, se experimentan síntomas derivados de la abstinencia aún peores que los propios síntomas originales experimentados por los que se comenzó a tomar el Valium, por ejemplo.
En Cuida’t recomendamos la osteopatía
La osteopatía parece tener un futuro muy prometedor como tratamiento para los pacientes que sufren de trastornos de ansiedad. La disfunción psicológica puede tener un efecto devastador sobre la capacidad de funcionar correctamente de algunos tejidos corporales. La osteopatía puede ser una herramienta útil en el tratamiento de la ansiedad y otros trastornos que afectan el estado de ánimo, ya que interfiere directamente en la interconexión entre la mente y el cuerpo. Cuando existen restricciones dentro del cuerpo, ya sean sutiles o no, la tensión que se ejerce sobre el sistema nervioso aumenta la liberación de neurotransmisores que excitan y esto potencia el nivel de ansiedad.
El tratamiento osteopático se sirve de una serie de técnicas para restablecer el movimiento funcional de los tejidos y el suministro de la sangre, que, a su vez, facilita la óptima transmisión nerviosa. Cuando un osteópata trata la ansiedad, se tienen en cuenta factores como la dieta, el ejercicio, los síntomas físicos que se manifiestan y las propias restricciones fisiológicas en cuanto a la función neurológica. Este enfoque integral hace de la osteopatía, al menos, una opción siempre a tener en cuenta, tan competente como algunos tratamientos occidentales (e incluso, mejor que el tratamiento químico).