Siempre hemos oído aquello de que: “de lo que se come se cría”. Y, ciertamente, los alimentos que tomamos determinan nuestro estado. Mantener un cuerpo sano y saludable depende, en igual medida, de llevar una dieta proporcional a esas características. Además, el estado interior del cuerpo es un reflejo del efecto exterior que éste causa, por eso es tan importante comer y beber bien para tener una piel bonita y sana.
Hoy, en este nuevo artículo en nuestro blog Cuida’t, y basándonos en las recomendaciones de nuestros expertos en nutrición, queremos ofreceros unos pequeños consejos para que tengáis en cuenta cuales son los alimentos que nos ayudan, precisamente, a lucir una mejor cara, analizando los motivos y beneficios de cada tipo de alimento sobre nuestra piel.
Antes de adentrarnos en ese análisis, es importante saber que, para lograr una piel saludable, es igual de fundamental ingerir alimentos saludables como que nuestro cuerpo -los órganos de depuración que lo forman- funcionen en buenas condiciones y realicen el meritorio trabajo. Por lo tanto, vamos a centrarnos en alimentos que optimicen el funcionamiento de hígado, intestino y riñones, principales motores en el porvenir de nuestra salud en el ejercicio de la alimentación, al absorber los nutrientes pertinentes y desechar las toxinas oportunas.
La aportación de nutrientes a nuestra piel
Los nutrientes llegan a nuestra piel, y a los órganos y tejidos de nuestro cuerpo, a través de la sangre. Si queremos brindar una renovación celular constante a ésta debemos aportar sustancias con regularidad. Los componentes esenciales para lograr que nuestra piel ofrezca tersidad y suavidad provienen de alimentos ricos en vitamina A, B, C, proteínas y ácidos grasos no saturados. Estas sustancias permiten a la piel, no sólo alimentarse e hidratarse para lucir como es debido, sino que también le permiten hacer frente a agentes externos que pueden atacarla y dañarla como resistir las temperaturas extremas (calor o frío), rayos UV, etc.
Los mejores alimentos para nuestra piel
El agua debe formar parte indispensable en cualquier dieta. No sólo bebiéndola, sino mediante la ingesta de todos esos alimentos que contienen un alto porcentaje de ésta. Hablamos de frutas, hortalizas en ensaladas, caldos e infusiones, que devienen una excelente fuente hídrica. Otra recomendación, haciendo hincapié en este aporte, es recordar que el consumo de agua proveniente de líquidos como gaseosas o jugos industrializados, no es saludable pues éstos contienen altos índices de colorantes, conservantes y edulcorantes.
Dos grandes aliados, para que nuestra piel luzca sana, son la vitamina A y los carotenos. Estas sustancias ayudan a la formación de una barrera contra los microorganismos que atacan el cutis y provocan la formación de grietas. Vegetales de color rojo (tomate, remolacha, rábano…), verde (lechuga, acelga, espinaca…) y naranja (calabaza, zanahoria, moniato…) son fuentes importantes de estas dos sustancias.
Otra vitamina fundamental e indispensable en nuestro organismo es la vitamina B. Ésta, gracias a la aportación propia de nutrientes, evita la sequedad de la piel y ayuda a combatir la dermatitis. Para su ingesta debemos consumir alimentos como la levadura, el germen de trigo y los cereales integrales. Y sin dejar de lado las vitaminas, vital es la vitamina C, elemento fundamental para la síntesis del colágeno. Los cítricos son la principal fuente de aporte de ésta, pero podemos encontrar altas concentraciones de esta vitamina en otros consumibles como kiwis, tomates o pimientos.
Para la regeneración celular y decir adiós a la fragilidad de nuestra dermis, las proteínas son el nutriente más recomendable que podemos ingerir. Ingredientes que contienen esta sustancia son los frutos secos y las legumbres. Y, finalmente, para incorporar grasas insaturadas (no, saturadas) que mantienen la humedad del tejido y su espesor adecuado, conviene tomar aceite de oliva, o ingerir alimentos como las aceitunas negras o semillas de chía y linaza que permiten la incorporación de este nutriente a nuestro organismo.