Aunque no hay rostro más bello que uno natural, con el sonrosado de nuestra piel y sin rastros de maquillajes artificiales; la verdad es que resulta difícil no caer en la tentación de aplicarnos una base que dé algo de color a la cara -o un poco de brillo en los labios- para vernos mejor. Pero existe un problema: el gasto en productos cosméticos. Ciertamente, cuando nos acostumbramos a vestir nuestra piel a diario, aunque también colaboramos a protegerla del ataque de agentes externos; procedemos a incluir a nuestra rutina diaria el derroche de dinero en bases, sombras, pintalabios, máscara de pestañas y todos los complementos y herramientas para aplicarlos: brochas, cepillos, esponjas, etc.
Si nos ponemos a explorar el mundo de la cosmética, realmente, podemos observar la gran variedad de posibilidades que nos ofrece. Mejores marcas que brindan maquillajes de calidad y, consiguientemente, de un precio más elevado. Otras, en cambio, nos dan la oportunidad de disfrutar de productos similares, mucho más económicos. Aunque buscamos lo mejor para nuestra piel, sobre todo, para la del rostro, a veces, la inversión que correspondería hacer para ello, nos resulta imposible y caemos en la compra de esos productos de origen sospechoso. Existen ciertos riesgos que se pueden sufrir en el caso de apostar por ellos. Los denominados cosméticos falsos abundan en el mundo de la belleza y es normal encontrar cremas, maquillajes y perfumes de procedencia desconocida, que por muy baratos que sean, pueden generar un riesgo para nuestra salud. Hoy, en esta nueva entrada en nuestro blog Cuida’t, queremos contaros y advertiros sobre los peligros que conllevan todas esas falsificaciones de productos de belleza.
Problemas para la salud
Lamentablemente, se estima que nuestro país es uno de los que mayor tasa de consumo de productos cosméticos no auténticos registra. Un mercado que está haciendo negocio a costa de las marcas legales, pero que, por encima de todo, pone en tela de juicio la salud de sus consumidores. Productos que pueden generar alergias, irritaciones y problemas mucho más graves en nuestra piel. La realidad de todos ellos, es que no pasan los controles establecidos por la normativa europea y, por tanto, la calidad de sus componentes es, cuanto menos, dudosa.
Pese a nuestras recomendaciones, siempre acordes a velar por el bienestar de nuestros clientes, la verdad es que la decisión final está en vuestras manos y sois los últimos en elegir la opción correcta. Pero es importante tomarse unos minutos para reflexionar sobre el tema, especialmente, si somos conscientes de la relevancia que exige el cuidado de nuestra salud.
Desde nuestro centro, todos los profesionales que lo integramos, recalcamos esa importancia de estar siempre informados sobre aquello que compramos. Hacerlo en establecimientos de confianza y consultar a expertos sobre los productos que queramos comprar, garantizando que éstos estén controlados y cumplan con la legislación establecida.
Con ese pequeño gesto, aunque suponga un gasto mayor, invertiremos en un bien que, a fin de cuentas, no tiene precio: nuestra piel, nuestra salud y el cuidado de nuestro organismo.