El sofocante calor de esta época del año, las escapadas constantes a la playa y/o a la piscina, practicar deporte… Todas estas situaciones nos obligan, muchas veces, a tener que ducharnos con demasiada frecuencia. Mucho se ha hablado sobre mitos y leyendas urbanas que aseguran la realidad de ambas opiniones: por un lado, que es una práctica que deberíamos evitar y, por otro, que nos beneficia en múltiples sentidos y, por lo tanto, es conveniente hacerlo. Pero, ¿cuál es la realidad de todos estos “chismes”? ¿Realmente debemos ducharnos más, o menos, en verano? ¿Cuáles son las consecuencias de ello para nuestra piel?
Hoy, en esta nueva entrada de nuestro blog, Cuida’t, queremos poner fin a esas dudas y esclarecer la verdad sobre si es, o no, perjudicial, ducharse demasiado.
¿Es perjudicial ducharse demasiado?
Con la aparición, como decíamos, de todas estas opiniones dispares, a favor y en contra, de pasar por la ducha y/o la bañera con recurrencia, han salido al paso numerosos estudios que, esta vez sí, basados en hechos meramente científicos (testados y comprobados), han demostrado que ducharse en exceso puede ser perjudicial para nuestra piel. La idea que se pueda formar en nuestra mente acerca de que, duchándonos más, aumentamos la sensación de mayor higiene corporal, es incorrecta. Sobre todo, porque cuando decidimos tomar una ducha y eliminar de nuestro cuerpo sudor y suciedad, abusamos del uso de unos productos químicos llamados geles y jabones, que nos aplicamos, y que pueden provocar irritación y sequedad en la piel.
Son muchos los profesionales que han afirmado, precisamente eso, que ducharse en exceso, puede llegar a ser más perjudicial que no hacerlo. Quizás si sólo aplicáramos agua…, pero es la utilización de jabones (algo bastante inevitable) lo que resulta agresivo para nuestra dermis. Aunque parezca extraño, los componentes nocivos que conforman la solución de estos productos, entran en contacto con la piel y terminan penetrando (de forma leve, no os asustéis) en nuestro torrente sanguíneo, por ese motivo conviene reducirlos.
Qué hacer cuando no hay más remedio
Como decíamos si debido al trabajo, a la práctica de entrenamientos o rutinas específicas, etc.; os veis “obligad@s” a tener que ducharos con mucha frecuencia, ¡qué no cunda el pánico! Lo que realmente causa estragos en la piel y provoca esa sequedad e irritación que mencionábamos es el abuso de ciertos jabones. Por ello, una recomendación si tenéis que ducharos varias veces al día, es utilizar geles con un PH neutro, indicados para el cuidado de la piel. También, es muy aconsejable que os enjabonéis una única vez. Es decir, hacer las varias duchas al día que necesitáis, pero sólo en una aplicar el producto, y en el resto usar nada más agua. Para evitar las consecuencias de las que hablábamos antes, aplicad crema hidratante al terminar, preferiblemente con aceites vegetales que nutran vuestra piel.
En caso de ir a la playa o a la piscina, tened aún más presentes estos consejos y enjuagaros bien con agua para eliminar los restos de cloro o sal. Es importante que, junto al cuerpo, prestéis también atención al cabello en estos casos.