A escasos días de iniciar, oficialmente, la temporada veraniega, llega el momento (si bien no deberíamos olvidarnos de ella en todo el año) de extremar las precauciones en el cuidado de nuestra piel. Con las ganas que tenemos ya de lucirla y lo exigente de esta época, no hay que olvidar que existen ciertas pautas que debemos tener en cuenta para mantener la piel impecable -y protegida de los factores externos – durante todo el verano.
No nos cansamos de repetiros que es sumamente importante cuidar de esa parte de nuestro cuerpo que conforma el órgano más amplio de nuestro organismo. Nuestra piel, no sólo nos cubre y es, tras la ropa, el manto que mostramos al resto del mundo, también es la barrera que protege nuestro interior y el primer -y más extenso- miembro que siente. Dañar eso puede traer terribles consecuencias y resultar peligroso para la integridad de ésta. Se trata de lucirla como merece, teniendo en mente cómo debemos hacerlo y obviando los prometedores milagros que garantizan resultados rápidos, pero para nada seguros. No queremos que renunciéis a tener un bronceado bonito y natural, siempre que lo hagáis bajo los preceptos saludables que deben primar.
Es por eso que hoy, en esta nueva entrada en nuestro blog Cuida’t, dada la relevancia que tiene la llegada del verano, queremos ofreceros algunos tips para que protejáis la piel y disfrutéis de ella, sin incurrir en ningún contratiempo que la ponga en peligro.
Consejos para lucir una piel impecable de forma saludable en verano
Además de proteger nuestra piel con la aplicación de los productos oportunos (cremas, sérums…), vamos a destacar otras medidas para que luzcáis una piel impecable en verano, cuidando de vuestro organismo, al mismo tiempo. Por ejemplo, uno de los factores externos más destacables y que inciden de forma directa en la potenciación del bronceado, además de velar por una piel saludable, es mantener una buena alimentación. Con el paso del tiempo se han llevado a cabo diferentes estudios e investigaciones que han demostrado que sustancias como los betacarotenos, la vitamina C o el té verde, contienen nutrientes que ayudan a activar el proceso de bronceado.
Los betacarotenos, presentes en alimentos como las zanahorias, el pimiento, la calabaza o muchas verduras y hortalizas; tienen la capacidad de transformarse dentro del organismo en vitamina A, brindando color a la piel y creando una protección frente a la acción de los rayos UVA. La vitamina C, entre sus muchas ventajas, permite una mejor síntesis del colágeno (componente fundamental de los tejidos dérmicos) que nos ayuda a conseguir una piel más joven. Y el té verde, previene los daños en el ADN de las células de la piel que han sido causados por prolongadas exposiciones al sol.
Otro punto muy importante que debemos tener presente es exfoliar la piel. Necesitamos eliminar todos los restos de células muertas de nuestra dermis si buscamos lograr disfrutar de una piel sana, bronceada y luminosa, con un tono duradero y uniforme. El truco de esta práctica radica en emplear los productos de exfoliación adecuados y realizar el masaje mediante movimientos circulares.
Y, por último, algo vital y que no dejamos de reiteraros siempre que hablamos del cuidado de nuestra piel en nuestros artículos y, lógicamente, cuando acudís a nuestro centro en busca de consejo y asesoramiento: proteger la piel. Debemos ser conscientes que la aplicación de productos específicos para este fin es, precisamente, para alejarnos de los riesgos que entraña no contar con la protección de los filtros que contienen las cremas y lociones solares. No ponernos crema no nos ayuda a ponernos morenas antes y mejor. Al contrario, nos lleva a más rápidas quemadas, de peor grado, que deteriorarán nuestra piel y promoverán la aparición de temidos efectos nocivos como la aparición de manchas o de los melanomas (cáncer de piel).