En estos meses, en los que las rutinas cambian y algunos agentes dañinos tienen mayor presencia e incidencia en nuestro día a día, nos gusta mucho aconsejaros sobre las formas de cuidar de vuestro organismo y, especialmente, del órgano más importante de él: la piel. Aunque debemos velar por ella, tanto en inverno como en verano, sucede que, precisamente, durante esta época es cuando debemos poner una atención más cuidadosa al tema.
En el pasado post, en nuestro blog Cuida’t, hicimos hincapié en cómo preparar nuestra piel frente a la inminente llegada de las vacaciones. Como los procesos de exfoliación, hidratación o alimentarnos debidamente, aunque nos encontremos lejos de casa, son indispensables para seguir manteniendo el buen estado de ésta. Hoy, con esta nueva aportación, queremos seguir incidiendo en ello, centrándonos en el principal peligro del verano para lucir una piel bonita y saludable: el sol. Unos tips que sirven in situ y que velan por el futuro de ésta, alejando las terribles consecuencias de no hacerles caso.
Consejos para protegerte del sol
“Salgo sólo cinco minutos al supermercado y vuelvo.” “Hoy hace mal día y sólo hay nubes.” Son frases repetidas que usamos como excusa para no proteger nuestra piel como deberíamos en verano. Hay que utilizar protectores solares SIEMPRE, aún y en los días nublados. Protégete del sol aplicando crema de modo uniforme media hora antes de salir de casa, aunque sea sólo para bajar a buscar el pan.
También debemos considerar que existen distintos tipos de formatos de protector solar que tienen sus ventajas y desventajas. Aunque suele ser la opción más descartada tras la irrupción de productos más modernos, la crema ofrece mejor cobertura sobre la piel que la fórmula del spray.
Otros consejos que siempre viene bien recordar para resguardarnos de la incidencia de los rayos UVA podrían ser:
- Caminar, siempre que sea posible, por la sombra.
- Evitar salir de casa entre las 12h y las 17h, horas de mayor calor.
- Además del protector solar (crema) hacer uso de los medios físicos que también nos protegen de éstos: gafas de sol, sombrillas, sombreros…
Y una idea que debe primar en nuestro conocimiento: no existe una competición para ver quien se pone más o menos moren@. Tu principal prioridad debe ser tu salud y cuidar de ella. No es bueno, ni recomendable, obsesionarse con el factor estético.
Potenciar el cuidado de la piel
A la hora de aplicar la crema solar, debemos recordar que no sólo basta con ponérnosla una vez. Debe aplicarse nuevamente cada dos horas, aproximadamente. ¿Sabíais que el número del factor de protección que compráis hace referencia a los minutos que deben pasar para que os lo volváis a poner? Usar un bloqueador factor 10 (baja protección) significa que cada diez minutos deberías estar aplicándotelo de nuevo para mantener tu piel protegida. Puedes leer las indicaciones y recomendaciones de uso de la crema de protección solar que decidas comprar para seguir las instrucciones adecuadas de forma práctica.
Existen, también, descuidos a la hora de incidir en algunas partes de nuestro cuerpo que son especialmente sensibles y grandes olvidadas. Por ejemplo, los labios. Utilizad un bálsamo labial con protección solar. O, cuando apliquéis crema distribuidla de modo uniforme en zonas como detrás de las orejas, la frente (podemos olvidarnos de ella si lucimos flequillo), las sienes, etc.
De esta forma, además de cuidar de tu piel ante las amenazas de la exposición solar, también, sortearás posibles y futuros efectos negativos como las arrugas o el envejecimiento prematuro.