Seguimos mostrando gran preocupación por algo que, muchas veces, damos por supuesto y por lo que es imperativo velar: el cuidado de la piel. La piel es nuestra primera arma de defensa corporal ante cualquier ataque. Más allá de agentes externos, como la ropa, la piel es aquello que cubre nuestro organismo y lo protege. Además, es también lo primero que mostramos. Define gran parte de nuestra imagen y, por todas estas razones, es lógico tener la responsabilidad de mimarla.
Sacando partido al hecho que, actualmente, nos encontramos en esos meses fríos del año que, para más inri, castigan la piel sobremanera si no prestamos atención a sus necesidades; hoy, en esta nueva entrada en nuestro blog, Cuida’t, queremos ofreceros algunos consejos a tener en cuenta en el cuidado de vuestra piel en estos meses más delicados del año. Y es que, sin lugar a dudas, el invierno es una de las estaciones más duras para la piel. Las bajas temperaturas, el viento, la lluvia y la nieve, las calefacciones… todos ellos pueden devenir contratiempos que harán padecer a nuestra epidermis.
El factor determinante es la hidratación. En esta época del año la piel requiere de un aporte extra de agentes humectantes que permitan proteger la piel. Es decir, para hacer frente a las inclemencias y agresiones del tiempo, ésta pierde más agua de lo normal y, por lo tanto, corre el riesgo de sufrir deshidratación.
Cómo enfrentar el frío
Lo primero que debemos tener en mente es que siempre hay que velar por qué tipo de piel es la nuestra y, a partir de ese conocimiento, aplicar los cosméticos adecuados. Otro punto a favor es buscar fórmulas hidratantes con activos que nos ayuden a regenerar la barrera cutánea, ricos en ácidos grasos omega 3, 6 y 9.
Un buen aliado, hablando de la escasez de hidratación, son las aguas termales. Son muy recomendables durante el invierno ya que, precisamente, devuelven esa hidratación de forma instantánea y dejan atrás la sensación de tirantez de la piel.
Una parte sensible que debemos proteger cuidadosamente es la piel de los labios.
Estos, al no tener glándulas sebáceas, se agrietan y descaman más fácilmente. Es conveniente aplicar un peeling e hidratarlos usando cremas que contengan vaselina que ayude a aislarlos, aún con mayor ahínco, del frío.
Las manos son otra de las zonas que más mimo precisan, por ello, hay que cuidarlas con esmero. En nuestro último post hablamos sobre el cuidado de las manos, así que os recomendamos echarle un vistazo al artículo para conocer todos los trucos que nos ayuden a evitar las consecuencias del invierno en ellas.
Y, para la piel del resto del cuerpo, os aconsejamos usar fórmulas que incluyan agentes hidratantes específicos como la manteca de karité o cacao, el aloe vera o el aceite de almendras.
Potenciar ese cuidado con buenos hábitos
Además de velar, fervientemente, por el cuidado exclusivo de la piel, también existen otras maneras que no se centran -únicamente- en unas rutinas de limpieza o aplicado de productos concretos, que pueden ayudarnos a lucir una piel 10. Hábitos saludables que nos permiten mostrar nuestra mejor cara. Y es que, siempre hemos oído aquello de que nuestra imagen exterior es un reflejo de nuestro yo interior. Por lo tanto, estar sanos por dentro nos hará vernos sanos por fuera.
Los puntos clave a destacar, en este sentido son:
- Beber el agua necesaria para mantener la hidratación de la piel.
- Ingerir alimentos con antioxidantes y vitaminas A, B, C y E que proporcionan los nutrientes y agua que nuestra piel precisa.
- Reducir la toma alcohol y el consumo de tabaco, pues el humo de éste afecta negativamente la piel de dos formas: el aire contaminado con humo seca la piel, y fumar reduce la cantidad de flujo sanguíneo que llega a ésta, lo que la priva de oxígeno y otros nutrientes esenciales y provoca deshidratación en la superficie cutánea.
- Intentar evitar los cambios bruscos de temperatura, especialmente si son continuos, ya que esto genera la dilatación de los vasos capilares.