Aunque gracias a Internet tenemos la suerte de poder acceder, cada vez más, a mucha información; la verdad es que, aún y así, seguimos padeciendo el síndrome de la desinformación. O quizás, mejor, llamémoslo, sobreinformación. Nos saturamos con tantos contenidos que, al final, tampoco sabemos diferenciar entre los que nos dan consejos certeros y los que no. Los que recomiendan como es debido y los que nos llevan, erróneamente, a cometer auténticos deslices en nuestra rutina. Uno de los sectores más explotados es el de la belleza. Hoy en día miles de “influencers” del mundo de la cosmética y el cuidado de la piel, suben a sus perfiles en redes sociales tutoriales, videoconsejos y un sinfín de material para que sigamos sus recomendaciones, pero, ¿cuántas veces no hemos fallado y cometido errores por confiar en quien no debemos?
Hoy, desde esta nueva entrada en nuestro blog, queremos dejaros, precisamente, unos consejos reales de cómo hay que realizar una rutina facial óptima sin caer en esas pequeñas cositas que quizás pasamos por alto y son muy fáciles de remediar.
La rutina facial correcta
Usar los productos apropiados, lavarnos la cara con regularidad, hidratarnos la piel como corresponde… Hábitos que realizamos como merecen, pero que hemos adquirido y que no son del todo correctos para llevar una buena rutina facial.
Por ejemplo, un gesto tan fácil y sencillo como reemplazar con frecuencia la toalla de la cara. Son muchas las personas que usan la misma toalla para limpiar y secar manos, cara, etc. Lo ideal es emplear una, específicamente, para nuestra limpieza facial y cambiarla tras unos días de utilizarla. Con la humedad, se acumulan bacterias -incluso moho- un factor que contribuye a causar la aparición de brotes de acné, debido a la presencia de estos microorganismos.
Otro error común es no hidratar la piel grasa. Todo un mito pensar que, por tener una piel con estas características, no debemos hidratarla del mismo modo por el que si debe velar alguien que padezca de sequedad. Esto no es así. Todos debemos hidratarla y cuidarla de igual modo. No hacerlo puede provocar la aparición de múltiples problemas como los granitos. Piel seca o piel grasa lo importante es usar un buen producto, apto para nuestro tipo de piel.
A veces, especialmente para quienes acudimos al gimnasio en la misma ciudad, no nos duchamos justo después de hacer ejercicio. La comodidad de nuestro cuarto de baño, lógicamente, no la encontramos en vestuarios repletos de otras personas que buscan acicalarse tras hacer ejercicio, pero cabe apuntar que lo ideal es ducharse, siempre, justo al terminar de entrenar. Resulta que cuanto más demoremos ese periodo, más tiempo tienen las bacterias para anidar en nuestra piel. Para mejores resultados, podéis usar un jabón antibacteriano.
Y si por cualquier razón no podéis ducharos justo en ese momento, es importante que, por lo menos, os cambiéis de ropa y limpiéis el rostro para eliminar esa capa de sudor que se ha generado.
Hablando de ducharse, ¿a quién no le apetece una ducha enérgica para empezar el día? Salir a afrontar toda la jornada con esa sensación única y activarnos. Tiene sus ventajas, no lo negaremos, pero hacerlo siempre de esta forma puede llegar a ser perjudicial para la rutina apropiada de nuestra piel. Duchándonos por la noche permitimos a nuestras sábanas permanecer limpias por más tiempo. La suciedad que acumulamos a lo largo del día no se adhiere a éstas si la eliminamos con un baño nocturno.
Y un último consejo que queremos ofreceros para mantener una rutina facial correcta, sin incurrir en errores tontos, es la limpieza de nuestro set de maquillaje. Muchas veces no dedicamos un ratito a limpiar las brochas correctamente y esto es un gran error. ¿Cuánto hace que no limpias y cuidas tus complementos para estar perfecta y reluciente cada mañana o noche? Dado el continuo uso que les damos, no caemos en la cuenta que, junto con los productos, se acumulan bacterias en ellos que pueden dañarnos la piel.
Limpiar las brochas y demás instrumentos que utilizamos, además, nos ayuda a que éstos duren más tiempo en buenas condiciones.